Hablar de Comunicación para el Desarrollo es optar por procesos de diálogo y participación en los cuales son los mismos sujetos involucrados quienes toman la decisión de cambiar su situación. Esto implica salir de la idea tradicional de muchas agencias e instituciones vinculadas a la salud, niñez y desarrollo, que creen que la comunicación es "cambiar comportamientos". Esta visión tradicional supone creer que se tiene la verdad y que los otros la deben aceptar. Se preocupa más de buscar mecanismos para persuadir a las personas de que asuman las ideas que traen los expertos. Por lo tanto, su lógica es lineal: causa - efecto. Parece ser que se está siguiendo cierta receta (a+b+c=d), como si las personas fuesen los ingredientes de la receta y los resultados siempre serán los esperados. Esto, puesto en la práctica implica creer que: con un buen diseño de materiales y mensajes (por especialistas), y una buena difusión que cubra a todo el "público objetivo", se está obteniendo como resultado un mágico "cambio de comportamiento", o al menos, esto es lo que quieren creer quienes optan por este modelo.
Cabe destacar que la Comunicación para el Desarrollo, se enfoca en fortalecer las capacidades locales de los sujetos (NO público meta), que por lo tanto, son personas en las que se reconoce su propia capacidad de toma de decisión. Son ciudadanos y ciudadanas, no objetos a transformar. Lo que se trabaja es en su empoderamiento, que se reconozcan a sí mismos como sujetos de transformación, dándoles o facilitándoles las herramientas que necesitan para llevar a cabo el cambio social.
Mientras la opción tradicional adormece, la Comunicación para el Desarrollo despierta la conciencia. Guatemala sigue sufriendo de dirigentes de organizaciones que niegan el derecho a participar a ser reconocidos como sujetos capaces de tomar decisiones. En este país aún nos encontramos con instancias tomadoras de importantes decisiones que le apuestan a una comunicación tradicional, a convertir a los sujetos en "públicos meta", cuando el pueblo mismo reclama su derecho a participar.
En 2006, en el Congreso Mundial de Comunicación para el Desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio el mandato a todas sus agencias a trabajar desde una Comunicación para el Desarrollo, dejando atrás los modelos enfocados en cambios individuales y la persuasión. Aún falta mucho por lograr, pero es un camino que esperamos seguir construyendo.
Me parece excelente este posicionamiento con relación a la comunicación participativa para el desarrollo y el cambio social. Lamentablemente, a pesar del claro mandato de la Asamblea General de las Naciones Unidas de que todas las agencias del sistema apoyen y trabajen en programas de comunicación para el desarrollo (y no solamente de visibilidad institucional), hay algunas que solamente se interesan en propagandizar sus "logros", sin importarles los cambios sociales reales en las comunidades.
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